Devocional Diario
No Temas
By: Mae Archila
Tuesday, November 18, 2025
Digan a los de corazón temeroso: «Sean fuertes y no teman, porque su Dios viene para destruir a sus enemigos; viene para salvarlos». Isaías 35:4 (NTV)
«No temas» es una frase recurrente en las Escrituras y es esencial para seguir a Cristo. Dios conoce bien a sus hijos, por lo que sabía que necesitaríamos recordatorios constantes para no tener miedo. Pero la mayoría de esos versículos también dicen que, si confiamos plenamente en Dios, Él peleará nuestras batallas por nosotros.
Muchos hemos sentido miedo más veces de las que nos gustaría admitir. Pero cuando tenemos miedo, ¡estamos justo donde Satanás quiere! ¿Por qué? Porque sabe que no somos una amenaza para él si nos acobardamos. La verdad es que nuestro enemigo teme la transformación que Dios nos está haciendo: la imagen de Jesucristo. Cuanto más nos parezcamos a Cristo, menos poder tendrá el miedo sobre nosotros.
Él anuló el acta con los cargos que había contra nosotros y la eliminó clavándola en la cruz. De esa manera, desarmo a los gobernantes y a las autoridades espirituales. Los avergonzó públicamente con su victoria sobre ellos en la cruz. Colosenses 2:14-15 (NTV)
Debemos recordar que, sin importar lo que el enemigo diga o haga, fue derrotado por Jesús en la cruz. Ese versículo de Colosenses dice que la resurrección de Cristo desarmó a Satanás. Seguidor de Cristo, ¡la victoria de Jesús te dio la victoria sobre el pecado, la muerte y el miedo también! En el momento en que entregamos nuestras vidas a Jesús, el Espíritu Santo comenzó a morar en nosotros. Porque Él mora en nosotros, podemos ser valientes en lugar de temerosos.
Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo y él huirá de ustedes. Santiago 4:7 (NVI)
Cuando vencemos nuestros miedos, demostramos nuestra fidelidad a las promesas de Dios. ¿Estás luchando para vencer tus miedos? Si es así, asegúrate de haberte sometido completamente a Dios. El libro de Santiago nos recuerda que un componente clave para vencer el miedo es la sumisión. Si aún luchamos nuestras batallas con nuestras propias fuerzas, entonces no nos hemos sometido por completo.
No intentes luchar contra tus miedos, entrégaselos a Dios. ¡Él está listo, dispuesto y es capaz de destruir a tus enemigos!